martes, 3 de julio de 2012


DE FRANCIA PARTIÓ LA NIÑA

De Francia partió la niña,  de Francia la bien guarnida,
íbase para París,  do padre y madre tenía.
Errado lleva el camino,  errada lleva la guía,
arrimárase a un roble  por esperar compañía.
Vio venir un caballero  que a París lleva la guía.
La niña, desque lo vido,  de esta suerte le decía:
-Si te place, caballero,  llévesme en tu compañía.
-Pláceme, dijo, señora,  pláceme, dijo, mi vida.
Apeóse del caballo  por hacerle cortesía;
puso la niña en las ancas  y él subiérase en la silla.
En el medio del camino  de amores la requería.
La niña, desque lo oyera,  díjole con osadía:
-Tate, tate, caballero,  no hagáis tal villanía,
hija soy de un malato  y de una malatía,
el hombre que a mi llegase  malato se tornaría.
El caballero, con temor,  palabra no respondía.
A la entrada de París  la niña se sonreía.
-¿De qué vos reís, señora?  ¿De qué vos reís, mi vida?
-Ríome del caballero  y de su gran cobardía:
¡tener la niña en el campo  y catarle cortesía!
Caballero, con vergüenza ,  estas palabras decía:
-Vuelta, vuelta, mi señora,  que una cosa se me olvida.
La niña, como discreta,  dijo: -Yo no volvería,
ni persona, aunque volviese,  en mi cuerpo tocaría:
hija soy del rey de Francia  y la reina Constantina,
el hombre que a mí llegase  muy caro le costaría.(Romancero)